miércoles, 6 de marzo de 2013

EL PODER DEL RITUAL


Imagen pineada


El ritual forma parte de la memoria de la especie; nos ha acompañado y ayudado en la evolución de los homínidos a los humanos. Lo queramos o no, seguimos necesitando rituales.
Los seres humanos somos capaces de comunicarnos eficazmente a través del lenguaje verbal. Pero a menudo puede ser necesario enfatizar ciertos mensajes o ideas mediante acciones simbólicas. El ritual, ya sea construido especialmente o establecido culturalmente, nos ayuda en este empeño.

Los rituales sirven para varios propósitos. El ritual nos ayuda a dar sentido a las cosas, a sentir que las vivencias tienen una coherencia, que el mundo esta ordenado y que mantenemos cierto control. Crean y mantienen la unidad social. A lo largo de la historia se han  celebrado en comunidad las cosechas y los acontecimientos sociales y familiares, se han inventado rituales de solidaridad ante las dificultades y ante las perdidas,  generando  un sentido de identidad grupal.

Los ritos nos facilitan la adaptación  a los cambios:  La vida esta llena de ritos de paso y es difícil pensar en un cambio vital sin una celebración que lo acompañe.
Además,  los ritos nos ayudan a contener las emociones y dar permiso para expresarlas de forma pautada o a canalizar la atención y la intención, fortaleciendo el compromiso y dirigiendo la energía mental, la atención y el esfuerzo hacia el objetivo, a la vez que ayuda a tomar distancia respecto a los obstáculos e interferencias, ayudándonos a preservar en el empeño.

 Pero sobre todo, la realización de un ritual, en si mismo, permite sentir el objetivo antes de lograrlo, lo hace real y así de esta manera, surge el convencimiento de que la meta es no solo posible, sino alcanzable, alimentando la esperanza y produciendo un notable efecto inspirador.
Utilizar con plena conciencia el poder del ritual, pone en acción tanto los recursos de la sabiduría ancestral como los del conocimiento psicológico moderno. En otras palabras, nos abre un sinfín de canales simultáneos a la hora de buscar respuesta o de expresar aquello que sentimos.
                                                                                                    

Fuente: Begoña Odriozola




4 comentarios:

  1. A propósito de la visita de mi madre he tenido que ir otra vez a la Iglesia cosa que no hacía hace mucho. Precisamente en esos instantes en que estaba ahí persignándome me preguntaba por el rito de la santa cena y cómo se ha perpetuado durante tanto tiempo y cómo seres racionales no cuestionan la validez de estos actos porque a mí me parece bonito que existan, pero no siempre tengo la apertura de alma como para entenderlos y comprometerme siempre...
    Besos!

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  2. Hola mamy, gracias por tu comentario. Tengo una amiga a la quiero y admiro muchísimo que hace muchos ritos en su vida. Ritos, suyos, inventados por ella. No es necesario que sean grandes, simplemente gestos pequeños en los que pongas tu intención, encender una vela y centrar tu pensamiento en aquello que quieres conseguir. Cualquier cosa que a ti te valga. Esa capacidad de "crear" de inventar nuestros ritos me parece muy bonita porque muchas veces si pensamos en ello nos sentimos incapaces. No sabemos que hacer, nos sentimos ridículos. Nosotros, los occidentales hemos cedido esta parte tan intima nuestra a los estamenteos "oficiales", a la Iglesia, y nos hemos abandonado, les hemos dado el poder de hacer nuestros ritos. Pero, no seria bonito poder recuperarnos y participar en ellos activamente haciendo los que te gustan y como te gustan?.

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  3. Os propongo a todas un ritual, quizás para mañana DIA DE LA MUJER, o cualquier otro.Se trata de darse un baño acompañado de velas, música favorita de fondo, pétalos de alguna flor que te guste sobre el agua, y una jarra con 1 l. de leche (templada o mezclada con agua caliente para las más frioleras). Cuando estés relajada pensarás en ese objetivo que quieres conseguir, lo visualizarás, e invocarás a la diosa que llevas dentro de tí.Dirás en voz alta tu objetivo mientras le das fuerza echándote la leche por todo tu cuerpo. Mientras disfrutas del baño a estilo Cleopatra, guardas esta imagen, que podrás evocar cuando quieras recordar tu meta. Anímate, aunque solo sea una vez!!!

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