Es reconfortable saber que siempre hay una puerta detrás de nosotros que nos invita a sentarnos en una silla roja frente a una ventana con vistas a la Toscana. Es reconfortable saber, que tras nuestra soledad empecinada,hay personas que te empujan a salir de ella,tal vez por unos instantes, quizá solamente unos segundos robados a nuestro aislamiento enquistado... ayudando a que se resquebraje...saber que por las rendijas se cuela una brisa fresca de vez en cuando...gracias Carmen.
Es reconfortable saber que siempre hay una puerta detrás de nosotros que nos invita a sentarnos en una silla roja frente a una ventana con vistas a la Toscana.
ResponderEliminarEs reconfortable saber, que tras nuestra soledad empecinada,hay personas que te empujan a salir de ella,tal vez por unos instantes, quizá solamente unos segundos robados a nuestro aislamiento enquistado... ayudando a que se resquebraje...saber que por las rendijas se cuela una brisa fresca de vez en cuando...gracias Carmen.
Gracias a ti por estar presente aquí en esta casa, que es la de todos.
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