Rincones de tocador... cuántas caras debéis de guardar en vuestros espejos, cuántas muecas, cuántas sonrisas...cuántas lágrimas. Guardadas bajo la capa de brillantes , oro y plata que cubre vuestras cómodas, vuestros peines, vuestras butacas. Hubo un tiempo en que también fui presa de ellos. Hubo un tiempo en que también con ellos, disfrutaba. Mi rostro cambió, como mis muecas, mi ingenuidad, mis guiños de ojos,....y ya no quiero ser reflejada...pero quizá ellos guarden mis ojos de antaño, mi boca fresca, mis mejillas sonrosadas...en algún rincón escondido del tocador, en el frasco de perfume aparentemente acabado...en el cuadro que hay junto a la ventana,... para ser proyectado, de nuevo, en otras caras. Un abrazo Nieves
Rincones de tocador... cuántas caras debéis de guardar en vuestros espejos, cuántas muecas, cuántas sonrisas...cuántas lágrimas. Guardadas bajo la capa de brillantes , oro y plata que cubre vuestras cómodas, vuestros peines, vuestras butacas. Hubo un tiempo en que también fui presa de ellos. Hubo
ResponderEliminarun tiempo en que también con ellos, disfrutaba.
Mi rostro cambió, como mis muecas, mi ingenuidad, mis guiños de ojos,....y ya no quiero ser reflejada...pero quizá ellos guarden mis ojos de antaño, mi boca fresca, mis mejillas sonrosadas...en algún rincón escondido del tocador, en el frasco de perfume aparentemente acabado...en el cuadro que hay junto a la ventana,... para ser proyectado, de nuevo, en otras caras.
Un abrazo
Nieves