sábado, 10 de mayo de 2014

EL GUERRERO INTERIOR





Todos tenemos alguna batalla que librar. Vivir es un enfrentamiento constante entre lo que somos y lo que aspiramos a ser. Cuando entendemos esto se abre ante nosotros un camino arduo y plagado de trampas, pero también lleno de recompensas. Se trata de una senda reservada a quienes han dejado de pelearse con el mundo y han traslado el frente a su interior, que es donde se ganan las grandes batallas. Porque en cada persona habita un guerrero dispuesto a lograr importantes transformaciones y metas. Es una voz que nos guía desde lo más profundo de nuestro ser y nos recuerda que todo está por hacer. 

El acercamiento entre Oriente y Occidente, iniciado hace un siglo, enfrentó dos conceptos de triunfo radicalmente opuestos. Mientras el guerrero occidental buscaba la victoria exterior, el éxito en el mundo de las formas, el oriental aspiraba a la victoria interior

El triunfo de ese primer guerrero es siempre provisional, porque quien alardea de lo conseguido atiza los ánimos de sus competidores, además de anclarse en la insatisfacción. Por más victorias exteriores que se logren, las personas no se sienten saciadas, porque la felicidad siempre estará un poco más allá del lugar conquistado.

El guerrero interior, en cambio, llevan consigo todas sus victorias allí donde va y vive en armonía consigo mismo, es un perfil que asociamos a maestros como Buda o Lao Tse, pero que también encontramos en el mundo occidental a través de la filosofía de Jesús o la de Francisco de Asís, como ejemplos de coherencia con la propia misión, más allá de vanidades y liturgias y en ese camino es importante atesorar ciertas actitudes para no desalentarse antes de llegar a la meta: 

*Definir los objetivos: Es inútil empezar el camino si antes no clarificamos adónde queremos llegar. Quizá la principal misión de la vida sea justamente descubrir cual es esa misión y entregarse a ella.

*Conocer nuestros puntos fuertes y débiles: Cada uno de nosotros tenemos virtudes diferentes y debemos diseñar su camino a partir de ellas. Igualmente conocer nuestras debilidades nos ayuda a perfeccionar los aspectos del carácter que nos frenan. 

*Actuar de dentro hacia fuera: El guerrero debe marcarse metas interiores, pero al mismo tiempo salir al mundo para experimentar y aprender de él. Todos tenemos en el día a día ocasiones para descubrir, corregir errores y superarnos.

*Unir acción y pensamiento: Para no disipar las fuerzas, es conveniente orientar los pensamientos a la acción inmediata, y no divagar sobre lo que podría haberse hecho, o lo que queda por hacer. El guerrero actúa aquí y ahora, aprovechando las oportunidades que se le presentan.

*Comprometerse en cada pequeña batalla: Para lograr una gran meta hay que entregarse previamente a muchas pequeñas metas. Cada una de ellas exigirá toda nuestra energía. Sin lo pequeño no se llega a lo grande.

*No temer a la derrota: Todo camino de superación está sembrado de fracasos más o menos sonados. El guerrero interior deberá decidir sí da media vuelta o los acepta como regalos, o enseñanzas en un viaje de transformación personal.

*Estar dispuesto a morir: En cada vida hay momentos en los que tenemos que tener el valor de matar una etapa, para dar nacimiento a una nueva, con nuevas prioridades y objetivos. 

"Las grandes batallas se libran en el interior"

                                                                     Sócrates



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