COMPARTIR PARA CRECER.

COMPARTIR NO SOLO NOS HACE GENEROSOS, SINO QUE TAMBIÉN PROMUEVE UN INTERCAMBIO ENRIQUECEDOR QUE IMPLICA  RECIBIR LO QUE OTROS NOS PUEDEN APORTAR.

Compartir es un acto de amor, porque uno da lo más preciado que tiene, aquello que esta vivo en él: alegría, interés, comprensión, conocimientos, humor, tristeza...

Podemos compartir con otros más de lo que creemos, y no sólo a través de las palabras, sino también de las emociones, desde la voluntad de darse a los demás, de permitirles entrar en nuestras vidas, tanto como atrevernos a entrar en la de ellos.

De ese intercambio, nace un espacio común, que no es sólo de uno y de otros, sino más bien un poco de todos. Se crea un vínculo más o menos sutil, más o menos profundo entre esas personas. Porque por un momento viven a la vez, incluso si cada uno lo hace a su manera y porque un pedazo de sus vidas queda atrapado en la de otros y  esos lazos son los que van dando cuerpo a la vida, la van amplificando. Finalmente, lo que queda de nosotros después de una vida, es lo que hemos podido compartir, o sea, lo que legamos a los demás. 

Por todo ello vale la pena propiciar los momentos de contacto con los demás. Son ocasiones que solemos escatimar por comodidad o por la propia inercia de la rutina, pero que merecen un esfuerzo por nuestra parte. Las posibles pequeñas renuncias personales que pueden conllevar se compensan con la posibilidad de sorpresas y descubrimientos . Compartir genera comunicación, riqueza y vida.

"El amor es la única cosa que crece cuando se reparte"

                                                                         Saint-Exupéry